Un Umbral

El proyecto nace a partir de la necesidad de incorporar un espacio de guardado vehicular en una vivienda existente, ubicada en un lote de fuerte pendiente, sobre un cerro con imponentes vistas al lago y a las sierras de Córdoba. La construcción original, de hormigón visto y muros de piedra, se inserta en un entorno agreste, rocoso y cubierto de vegetación nativa.

La propuesta para la cochera se concibe como una intervención respetuosa que retoma el lenguaje material del sitio. Cuatro muros de piedra, ejecutados con la misma técnica y materialidad de la edificación preexistente, definen el perímetro del nuevo volumen. Lejos de limitarse a una función utilitaria, estos muros estructuran un nuevo patio de acceso que actúa como transición entre la calle y el interior de la casa: un espacio intermedio que organiza, protege y da respiro.

Una cubierta plana y liviana se apoya sobre dos de estos muros, brindando resguardo a los vehículos sin competir con la morfología del paisaje. Cada muro se adapta a las irregularidades del terreno, variando en altura y cota, en un gesto que acentúa la integración con el relieve natural y refuerza la lectura topográfica del conjunto.